Una estrategia de mantenimiento de software de vanguardia será una de las palancas más importantes para capturar valor de negocio en 2026, no solo para “mantener vivo” el portafolio de aplicaciones, sino para acelerar la modernización, reducir riesgos y habilitar innovación continua. El reto para CIOs y directores de desarrollo ya no es si invierten en mantenimiento, sino cómo transformarlo en una capacidad estratégica que aumente resiliencia, productividad y experiencia del cliente.
Por qué el mantenimiento de software se vuelve estratégico en 2026
En los próximos años, el mantenimiento de aplicaciones estará directamente ligado a las iniciativas de modernización y al impacto de la inteligencia artificial en el negocio. IDC prevé que el mercado de software de gestión de servicios de TI seguirá expandiéndose impulsado por inversiones en automatización y AI para soportar la transformación digital y renovar los modelos operativos de TI.
Para los CIOs y líderes de transformación, esto significa que los contratos de mantenimiento tradicionales, centrados en “mantener la luz encendida”, son insuficientes frente a arquitecturas híbridas, presión por reducir deuda técnica y nuevas expectativas de experiencia digital. Mantener aplicaciones críticas sin una hoja de ruta de modernización ya no es aceptable: el mantenimiento debe alinearse explícitamente a objetivos como resiliencia operativa, time-to-market y eficiencia financiera.
Tendencia 1: Del soporte reactivo al AMS impulsado por datos y AI
Una de las transformaciones más claras es el salto de modelos de soporte reactivo a servicios de Application Management Services (AMS) que utilizan analítica avanzada y AI para predecir incidentes, automatizar tareas y optimizar releases. IDC destaca que el software de gestión de servicios de TI evoluciona precisamente para habilitar eficiencia y experiencia del empleado mediante automatización y AI, reflejando la presión por hacer más con menos en las áreas de soporte y operación.
En la práctica, esto implica adoptar capacidades como monitoreo proactivo, predicción de fallas, automatización de tickets de baja complejidad y flujos de autoservicio integrados con canales digitales. Para los líderes de TI, el beneficio es doble: liberar capacidad de los equipos para enfocarse en iniciativas de valor (por ejemplo, nuevas funcionalidades de negocio) y mejorar la percepción del área de TI como socio estratégico, no solo como “centro de soporte”.
Tendencia 2: Modernización continua para reducir deuda técnica
La deuda técnica acumulada se ha vuelto un inhibidor crítico de la innovación, y la modernización ya figura entre las cinco principales prioridades de inversión para los CIOs. Accenture reporta que 95% de los ejecutivos considera que la adopción de generative AI los obligará a modernizar su arquitectura tecnológica, incluyendo aplicaciones legadas y plataformas core.
En 2026, las funciones de mantenimiento de software se integrarán cada vez más con programas de modernización continua: refactorización incremental, contenedorización, migración progresiva a la nube y adopción de arquitecturas modulares. Para la oficina de proyectos, esto se traduce en roadmaps de AMS que incluyen hitos de modernización (no solo SLAs de disponibilidad) y métricas como reducción de deuda técnica, disminución de tiempos de despliegue y mejoras en performance de negocio.
Tendencia 3: Observabilidad y SRE integrados al mantenimiento
La complejidad de entornos híbridos y multi-nube obliga a ir más allá del monitoreo tradicional, incorporando prácticas de observabilidad y Site Reliability Engineering (SRE) al mantenimiento de software. Las organizaciones líderes combinan métricas técnicas (latencia, errores, uso de recursos) con indicadores de experiencia de usuario y negocio para priorizar tareas de mantenimiento que realmente impactan resultados.
En 2026, la frontera entre operación y desarrollo seguirá difuminándose, y el mantenimiento se alineará con modelos de producto donde equipos multidisciplinarios son responsables del ciclo de vida completo de la aplicación. Para CIOs y PMOs, esto implica medir el éxito del mantenimiento no solo por “tickets cerrados”, sino por SLOs de experiencia, confiabilidad y continuidad, vinculados a procesos críticos como originación de crédito, suscripción de pólizas o recaudación.
Tendencia 4: Seguridad y cumplimiento como parte del backlog de mantenimiento
Las amenazas cibernéticas, las brechas de datos y las regulaciones más estrictas hacen que la seguridad ya no pueda tratarse como un proyecto aislado, sino como una dimensión recurrente del mantenimiento de software. Las prácticas emergentes integran la gestión de vulnerabilidades, el hardening de configuraciones y las actualizaciones de componentes de terceros dentro del backlog de mantenimiento, con priorización basada en riesgo de negocio.
Para las áreas de TI y seguridad, esto significa establecer modelos donde cada release de mantenimiento incluya actividades de seguridad verificables y trazables, como parches críticos, pruebas de penetración focalizadas o revisiones de dependencias. Un programa de mantenimiento que no incorpore seguridad por diseño se convierte rápidamente en un punto débil para auditorías, certificaciones y continuidad operativa, especialmente en sectores regulados como banca, seguros y sector público.
Tendencia 5: Experiencia del usuario como criterio central
La experiencia del usuario, interno y externo, se consolida como prioridad para los líderes de tecnología, ya que las aplicaciones de negocio son el principal punto de contacto con clientes y colaboradores. Gartner identifica que casi 40% de los clientes de la Generación Z abandona una interacción de servicio si no puede resolverla por sí mismo, y 63% reduce su relación con la marca tras una mala experiencia, cifras que presionan para mejorar las capacidades digitales de soporte y autoservicio.
En este contexto, el mantenimiento de software deja de enfocarse solo en estabilidad y pasa a considerar activamente métricas de usabilidad, satisfacción y adopción. Para los responsables de desarrollo y transformación digital, esto se traduce en ciclos de mejora continua guiados por analítica de uso, pruebas A/B en funcionalidades clave y un enfoque permanente en reducir fricciones en journeys digitales críticos.
Tendencia 6: Modelos de servicio flexibles y orientados a resultados
Las organizaciones medianas y grandes buscan esquemas de mantenimiento más flexibles, que combinen capacidades internas con proveedores especializados, modelos nearshore y esquemas bajo demanda. IDC y otros analistas observan que el mercado de ITSM y servicios asociados se orienta hacia plataformas y servicios que escalan según la demanda, incorporan automatización y ofrecen mayor visibilidad de valor entregado.
Para CIOs, esto implica renegociar y rediseñar contratos de mantenimiento con un enfoque en valor de negocio: SLAs vinculados a procesos críticos, KPIs de productividad del equipo de desarrollo y métricas de calidad funcional, no solo horas de soporte. Adicionalmente, se observa una preferencia por proveedores que combinan servicios de mantenimiento con capacidades de talento especializado, metodologías de ingeniería de software y experiencia sectorial, convirtiéndose en un verdadero brazo extendido de la organización.
Cómo “montarse en la ola”: recomendaciones para CIOs y líderes de TI
Para capturar el valor de estas tendencias, los líderes de TI pueden tomar algunos pasos concretos en los próximos 12–18 meses.
- Redefinir la estrategia de AMS: pasar de un enfoque centrado en tickets a un modelo basado en productos, con KPIs de negocio, modernización continua y experiencia de usuario.
- Incorporar AI y automatización: aprovechar herramientas de ITSM y observabilidad con capacidades de AI para priorizar incidentes, automatizar tareas de soporte y anticipar problemas de performance.
- Integrar modernización al backlog de mantenimiento: establecer un porcentaje del esfuerzo mensual dedicado a refactorización, reducción de deuda técnica y preparación para migraciones a la nube.
- Reforzar la seguridad en cada release: incluir parches, revisiones de dependencias y pruebas de seguridad como actividades estándar de mantenimiento.
- Ajustar modelos de sourcing: combinar talento interno con proveedores especializados que aporten mejores prácticas, metodologías y conocimiento en tecnologías clave y sectores regulados.
Un enfoque de mantenimiento de software alineado a estas tendencias permite no solo extender la vida útil de las aplicaciones, sino convertirlas en una plataforma para innovar, responder más rápido al mercado y construir experiencias de usuario superiores.
